LA CURIYÚ DE LA COSTANERA REGRESA A SU HÁBITAT NATURAL


¿A quién le importan las serpientes?

No existe otro animal en el mundo que cargue con tanto odio y desprecio como el que sufren las víboras, culebras y serpientes. Perseguidas desde los mismos orígenes del ser humano, son el “chivo expiatorio” de las fobias de la humanidad, y a través de la historia han pagado por todos nuestros miedos infundados, a pesar de que muchas de las culturas ancestrales más importantes de la historia humana veían en las serpientes cualidades tan admirables que las adoraban, respetaban y las representaban como a sus dioses. Para los egipcios representaban al dios del delta del Río Nilo, mientras que para los aztecas y otros pueblos de habla Náhuatl era Quetzalcóatl, la serpiente emplumada que representaba su máxima deidad, y conocido por los Mayas como Kukulkán, el dios creador del universo. Ese legado de nuestros ancestros ha quedado en el olvido, pues parece que el ser humano se deja guiar más por los aspectos negativos que por los positivos. La religión judeocristiana ha sido uno de los elementos que más ha influenciado nuestro desprecio hacia ellas por representar el mal, condenándolas a ser perseguidas y exterminadas como nuestro mayor enemigo. Sólo se han conservado algunas antiguas costumbres de adoración de las serpientes en algunos países asiáticos como la India.
IMG_2115b copyright
¿Por qué no podemos vencer ese tabú de maldad y misterio que rodea a las serpientes?
Ciertamente son animales cuya forma, expresión y hábitos las hacen por así decirlo poco simpáticas, creando una reacción desfavorable desde el primer momento en que las vemos. Desafortunadamente para ellas, carecen de la simpatía de un cachorrito, o de la ternura de un oso panda. A mi madre le dan mucho miedo y cree que todas son venenosas, a mi hermana le causan asco y un amigo dice que le provocan “repelús”. Algunos pocos sienten admiración y asombro, y las pueden ver pero no soportan tocarlas, y sólo a unos cuantos les apasiona tanto que dedican su vida a conocer sus hábitos, sus hábitats y a comprenderlas como un elemento importante en la naturaleza.
DSCF4003b copyright
¿Por qué son importantes?
Los ofidios (serpientes, víboras y culebras) son un elemento clave para el balance de los ecostitemas. No debemos olvidar que en México hay unas 320 especies, que forman parte de las más de 2,900 especies del mundo. Las hay desde el tamaño de una lombriz (que por cierto son ciegas y pasan la vida enterradas) hasta las que pueden llegar a medir más de 10 metros como la pitón o la anaconda. Las hay terrestres, acuáticas y marinas, y todas son carnívoras, alimentándose de gran variedad de animales como insectos, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Muchos de los animales que componen su dieta tienen una reproducción rápida, por lo que la ausencia de ofidios provoca una sobrepoblación de éstos, rompiendo el equilibrio natural. Esto incluye animales considerados dañinos o peligrosos para la salud o para la agricultura, como los ratones, las ratas y algunos insectos como escarabajos, hormigas y termitas. Los ofidios, además son fuente importantísima de alimento para otras especies de ofidios, como ocurre con la mismísima víbora de Cascabel, que puede ser devorada por la llamada Serpiente Real, que es inmune a su veneno, así como también son alimento de muchas aves y mamíferos que ahora se encuentran en peligro de extinción, como las aves rapaces y algunos felinos.
Vibora_Tequereque_003a copyright
¿Y qué hay de las serpientes venenosas?
En México existen 19 especies venenosas que pueden representar un peligro real para el ser humano, pero aún así, eliminarlas es una terrible y equivocada decisión que impacta gravemente a los ecosistemas. Es muy importante mencionar que la gran mayoría de las mordeduras de serpiente son debido a que la gente intentó capturarlas o matarlas, y a éstas no les quedó otra opción que defenderse. La mejor forma de prevenir su mordedura es tener “sentido común”, simplemente dejándolas solas y permitiéndoles que se retiren, cosa que harán inmediatamente, dada su naturaleza tímida y huidiza. Ninguna serpiente te “perseguirá” y mucho menos intentará utilizar el veneno que tanto necesita para cazar e inmovilizar a sus presas. Son animales que contrario a las creencias populares no tienen maldad, aunque siempre hay que tener claro que, de verse acorraladas, no dudarán en morderte, sean o no venenosas.
DSCF0096b copyright
En mi opinión, creo que en lugar de sentirse intimidado por ellas o en lugar de “odiarlas”, hay que pensar un poco sobre su importancia para conservar el equilibrio de la naturaleza. Es muy sencillo aprender a diferenciar aquellas venenosas de las que son inofensivas, poniendo atención en la forma de su cabeza y algunos detalles como las fosas nasales. Mi madre alguna vez mató una serpiente por miedo a que fuera venenosa, que resultó ser una culebra de agua que yo había liberado secretamente el día anterior en el estanque. Mi culpa por no advertirle primero… aunque tampoco me lo hubiera permitido. Ahora, tras muchos años de esfuerzo y convencimiento, ella es capaz de atraparlas para luego liberarlas en el campo, aún cuando le causan sentimientos encontrados. Les teme pero las respeta.
 El Director de Recursos Naturales, Dr. Santiago Faisal aclara: "Mi consejo es que cuando te encuentres a una serpiente, debes utilizar la mejor herramienta de la que todos disponemos, y no me refiero a un arma, ni un machete, ni mucho menos una gran roca. Hay que utilizar nuestro corazón y nuestra mente, usar nuestro sentido común y ser coherente, pues en tus manos está que éste magnífico -aunque incomprendido animal- pueda vivir. Recuerda que todos los animales, merecen ser respetados y protegidos".



No hay comentarios:

Publicar un comentario